"El conde negro" de Tom Reiss

LECTURAS AL PASO
El verdadero conde de Montecristo era negro
Sobre El conde negro. Gloria, revolución, traición y el verdadero conde de Montecristo de Tom Reiss, publicado por Anagrama,
 
   Tengo que ser honesto y empezar una confesión: yo no he leído El conde de Montecristo. ¿Hay mayor pecado para un librero? Es una de esas lecturas que si no haces en el momento adecuado, de alguna manera sientes que has perdido tu oportunidad. Confieso que tampoco vi Los Goonies cuando era un crío, ni Amanece que no es poco cuando era un jovenzuelo. No es que merezca la horca, pero si tengo que pagar a un psicólogo dentro de unos años para que me apriete otra vez las clavijas le diré que gran parte de mis problemas se resumen en no haber leído El conde de Montecristo cuando era conveniente. 
   Ya lo sé, malditos, todos vosotros lo leísteiso si no, finjiríais haberlo hecho, pero ¿cuántos de vosotros sabíais que Alexandre Dumas creó al personaje de Edmond Dantés inspirándose en los acontecimientos del final de la vida de su padre? ¿Y cuántos sabíais que el padre del escritor, Alex Dumas, era hijo de una esclava negra, procedente de las colonias azucareras francesas? 
   El conde negro es la historia de este hombre, el padre de Alexandre Dumas, el hombre más fuerte del ejército francés en la era de la Revolución. Es la historia de un hombre negro―al menos "el 50% de su sangre" lo era― que saboreó la gloria hasta convertirse en general de Napoleón y que cayó en desgracia a causa de una conspiración que le llevó a las mazmorras. En manos de Tom Reiss, estoy seguro de que llegaremos a las últimas páginas del libro con la misma emoción con la que acabábamos las novelas de aventuras que marcaron nuestra vida. ¿Qué cómo lo sé? ¿Habéis leído el anterior libro de Tom Reiss, publicado en Anagrama, El orientalista. ¿No? Hagamos un trato: yo leo El conde de Montecristo y vosotros leéis El orientalista. Es difícil decir quien saldrá ganando.


   Era mucho lo que se había ganado desde los inicios del abolicionismo en el mundo británico y desde la aparición de la cuestión de la igualdad durante la Revolución Norteamericana, pero la vida de Alex Dumas demuestra que la Revolución francesa fue la primera y más auténtica época de emancipación, y su compleja red de sueños y desencantos está en la base de la historia de la libertad y de los prejuicios durante los dos siglos que le siguieron. Esta época revolucionaria de emancipación racial presentó a una parte no desdeñable del mundo las ideas modernas sobre la libertad humana ―la idea de que todos los hombres, al margen de su religión y su raza, merecen los mismos derechos, las mismas oportunidades y el mismo respecto―, pero también alentó el contragolpe del racismo y el antisemitismo modernos.
   Durante los días del Terror, Dumas demostró tener una compostura y una humanidad que podrían haberle costado el puesto e incluso la vida. En un momento en que los defensores más radicales de la libertad, la igualdad y la fraternidad cometían atrocidades en nombre de estos ideales, él nunca retrocedió a la hora de proteger a cuaqluier víctima, sin importarle su origen o su tendencia ideológica. 
   Dumas, hijo de un marqués y una esclava, gozaba de una perspectiva única, pues pertenecía, a la vez, al nivel más alto y al más bajo de la sociedad. Idealista auténtico, no dejó de defender sus puntos de vista no siquiera después de caer en desgracia. Su captura y encarcelamiento en una fortaleza enemiga donde languideció durante dos años―hasta que lo soltaron en un laberinto aún más desesperante de traición en su propio país y en su propio bando―, predijeron la deriva de los ideales de igualdad y fraternidad, sobre todo para los franceses de color. Y Saint-Domingue, el lugar de nacimiento de Dumas, viviría una violenta revolución antes de volver a emerger como Haití, aislado por las naciones blancas y trasladado, desde el centro de la economía mundial, a sus desesperados márgenes.
 Tom Reiss, El conde negro, Anagrama, 2014

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